
Joachim Sikora dice, en su libro Manual de métodos creativos, que en un simposio sobre creatividad, los científicos atribuyeron más de 400 significados diferentes al término creatividad.
La Creatividad parece estar de moda. Este término se utiliza asiduamente hoy en día y se aplica a muy diferentes campos de conocimiento; por otra parte, es curioso que el término «creatividad» se incorpora al Diccionario de la Real Academia Española tan sólo hace unos años, en sus últimas ediciones. Creemos que, hoy más que nunca, es necesario clarificar el concepto CREATIVIDAD, desmontando el mito de que únicamente son creativos los grandes genios o inventores, y rompiendo también con la creencia social de que creativo es sólo el arquitecto, el pintor o el publicista. Para ello, utilizamos la definición que nos propone sir Ken Robinson:
CREATIVIDAD es el proceso de tener ideas originales que tiene valor
ORIGINAL: La creatividad es una cualidad humana, y se debe estudiar desde la persona implicada. ORIGINAL significa «ser origen de algo». Si una persona descubre y propone una idea nueva, original, no importa que en otro lugar del mundo otra persona haya llegado a lo mismo, es importante el desarrollo de la capacidad creativa en la persona. La originalidad de una idea puede ser trascendente, como las ideas de los grandes inventores que han trascendido espacio y tiempo, pero también puede ser sencilla, como escribir un cuento o saber solucionar desde un nuevo punto de vista un problema cotidiano.
CON VALOR: ¿Cuándo es valiosa una idea? ¿Para quién? El valor es una cualidad que confiere a las ideas, cosas, hechos o personas una estimación, ya sea positiva o negativa; el valor tiene una fuerte componente subjetiva, aunque reconocemos la existencia de valores objetivos. Podemos considerar una idea valiosa (nuestra estimación hacia ella es positiva) en nuestro círculo afectivo, en nuestro entorno social o valiosa para la humanidad. Resultan así, siguiendo a Mauro Rodríguez Estrada, tres niveles de creación: Nivel elemental o de interés personal o familiar, nivel medio o de resonancia laboral o profesional y nivel superior o creación trascendente y universal
Por todo ello, aprender a desarrollar el pensamiento creativo, considerar la creatividad como una de las claves educativas más necesarias, es un proceso en el que todos podemos participar, y que no implica metas universales, ni tener como objetivo «descubrir la pólvora». La creatividad es una actitud ante las cosas, es una cualidad que se puede aprender y entrenar, y que nos ayuda a ser más intuitivos, más curiosos, críticos, apasionados, tenaces, libres, no-convencionales, flexibles…
Más información:
Rodríguez Estrada, M. Manual de creatividad (1985). México: Ed. Trillas.
Rodríguez Estrada, M. Mil ejercicios de creatividad (1995). México: Ed. Mc Graw-Hill.