QUÉ ES LA ATENCIÓN PLENA
Siguiendo las huellas de la educación positiva, que empezamos a explicar en dos entradas anteriores, hoy vamos a referirnos a la atención plena y cómo podemos aplicar esta «actitud vital» en nuestra vida y en la práctica educativa, como padres o como docentes.
La atención plena consiste en desarrollar una actitud de consciencia y calma en lo que hacemos y cómo lo hacemos, se trata de vivir plenamente el momento presente. Implica la renuncia a automatismos y, sin olvidar pasado y futuro, nos enseña a vivir sumando los diferentes «momentos presentes». Es un concepto próximo a otros como: «fluir» (flow) de Csikszentmihalyi o «saboreo» (savouing) de B. Bryant y Veroff.
La atención plena arranca de la tradición budista y es considerada una «actitud vital», pues sólo experimetándola podemos entender su verdadero significado. El doctor Jon Zabat-Zinn, de la Universidad de Massachussets, explica: » cuando prestamos atención a cómo funciona nuestra mente, solemos encontrar que se halla en el pasado o en el futuro, no en el presente […] podemos perdernos muchos momentos que tengamos para vivir, por no estar aquí plenamente para ellos.» (1990: 53-54). Suzann Pileggi (2008) dice:
«La atención plena crea una distancia mental entre uno y su propia conducta. Esta postura observante incrementa la autoconciencia y la oportunidad de escoger y dirigir nuestras acciones. De hecho, la atención plena nos posibilita impulsar nuestras fortalezas globales y actuar sobre ellas».
Como apuntan, desde el Programa Aulas Felices, los autores Arguis Rey, Bolsas Valero, Hernández Paniello y Salvador Monge: «La práctica de la atención plena puede producir numerosos efectos beneficiosos en la persona» (2010: 31), y centrándonos en los niños permite aumentar la concentración, mejorar el control de sus pensamientos, emociones y conductas y además disfrutar plenamente del presente, en la escuela y en la familia, sin posponer el «ser felices» a mañana, al fin de semana, a cuando acaben la escuela o a cuando sean «mayores».
LA PRÁCTICA DE LA ATENCIÓN PLENA
Aunque puede parecer que estamos explicando un concepto muy sencillo y fácil de alcanzar, no es así. El desarrollo de una verdadera atención plena necesita «mucha práctica», y el desarrollo de esta actitud vital se encuentra muy cercano a la meditación. Quien haya practicado yoga, o se encuentre cercano a las filosofías orientales, estará familiarizado con diferentes técnicas de relajación; podemos empezar nombrando algunas como son la respiración consciente, la meditación caminando o la exploración del propio cuerpo. Os proporcionamos aquí: Atencion plena, el capítulo del documento Aulas Felices dedicado a la práctica general de la atención plena, y os recomendamos el documento completo, que podéis descargar en: Programa Aulas Felices, donde encontraréis ejercicios muy útiles para trabajar con los niños, desde Infantil a Secundaria.