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¿Cómo orientar a los niños hacia un APRENDIZAJE CREATIVO Y FELIZ?


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pOema V …busco la palabra. El poder de la lectura

Hace unos días formulábamos nuestros recién estrenados deseos para el nuevo año: Encontrar palabras para aprender, enseñar y comunicar lo que somos y lo que sentimos.

WORDS

BUSCO LA PALABRA

Quiero definirlos en una sola palabra:
¿Cómo son?
Tomo las palabras corrientes, robo de
los diccionarios,
mido, peso e investigo.
Ninguna
responde
La más valiente – cobarde,
La más desdeñosa – aún santa
La más cruel – demasiado
misericordiosa,
La más odiosa – poco porfiada.
Esta palabra debe ser como un volcán,
que pegue, arrastre y derribe,
como la temerosa ira de Dios,
como el hervor del odio.
Quiero que ésta una sola palabra
esté impregnada de sangre,
que como los muros del calabozo
encierre en sí cada tumba colectiva.
Que describa precisa y claramente
quienes eran – todo lo que pasó.
Porque lo que oigo,
lo que se escribe,
resulta poco,
siempre poco.
Nuestra habla es endeble,
sus sonidos de pronto – pobres.
Con empeño busco ideas,
busco esta palabra –
y no la encuentro.
No la encuentro.

Escrito por Wislawa Szymborska, premio Nobel de Literatura 1996, cuando no había cumplido 22 años.
Publicado el 14 de marzo de 1945 en Dziennik Krakowski (Diario de Cracovia).

… de cómo la lectura y la escritura modifican la estructura cerebral …

Las actividades leer y escribir, que habitan nuestro día a día de manera casi imperceptible, repercuten notablemente en nuestro desarrollo intelectual y en nuestro aprendizaje. Demostrar que la capacidad lectora modifica el cerebro y que «hay más materia gris y más neuronas en el cerebro de una persona lectora», como afirma el neurólogo S. Dehaene en su libro Les neurones de la lecture, ha sido el ansiado objetivo de numerosas investigaciones en los últimos años. 

_La lectura ayuda a mejorar algunas habilidades sociales, como la empatía_

Como sostiene Emili Teixidor, escritor catalán, autor de La lectura y la vida: “un ávido lector está más dispuesto a abrirse a otras vidas”. El psicólogo Raymond Mar, de la Universidad de Toronto, realizó un estudio en el año 2006 comparando lectores de novelas con no lectores (o personas que leían únicamente libros especializados). Al medir sus habilidades sociales y el modo que tenían de interactuar los dos tipos de lectores se llegó a la conclusión de que «los lectores» tenían una mayor facilidad para ponerse en la piel del otro, resultaron ser más empáticos.

_El poder cerebral de recrear lo imaginado_

Todos hemos experimentado con la lectura cómo despertamos nuestra imaginación y ésta comienza el vuelo. Al leer «nuestro cerebro es capaz de recrear lo imaginado activando las mismas áreas cerebrales que se pondrían en marcha si se ejecutase la acción en la realidad», esta proposición ha sido demostrada por el estudio realizado en la Universidad de Washington, y dirigido por la psicóloga Nicole K. Speer. En el año 2009, en un artículo publicado en la revista Psychological Science, Speer expone:

“Los lectores simulan mentalmente cada nueva situación que se encuentran en la narración. Los detalles de las acciones registrados en el texto se integran en el conocimiento personal de las experiencias pasadas”.

_Leer poesía incrementa nuestra memoria autobiográfica_

Según las conclusiones de otro estudio reciente que trataba de analizar la influencia de la lectura de autores clásicos en la actividad cerebral, y que ha sido realizado en la Universidad de Liverpool: «leer poesía incrementa la actividad del hemisferio derecho del cerebro, que es el área que se encarga de la memoria autobiográfica«. La lectura permite reflexionar a la persona sobre sus propias experiencias y enriquecerlas a la luz de lo leído. Tal y como explica Philip Davis, profesor de filología inglesa y miembro del equipo de investigación:

«La poesía no es solo una cuestión de estilo. Se trata también de profundas interpretaciones de la experiencia, que añaden lo emocional y lo biográfico a lo cognitivo».

Leer, leer y leer…“ leer con intensidad, despacio, con cuidado, viviendo la vida de las palabras” dice Ángel Gabilondo, catedrático de Filosofía de la UAM, en su ensayo Darse a la lectura, pero al indescriptible placer de leer, al poder de la literatura, a los beneficios de la lectura en el aprendizaje, a su contribución para el desarrollo de capacidades sociales y para educarnos emocionalmente, debemos sumar una cualidad «difícilmente medible», y sin la cuál probablemente no sobreviviríamos, la Belleza de las palabras.
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Educación Emocional_ PASO 3: LA COMPRENSIÓN EMOCIONAL: Comprender las emociones de los demás

Dentro de la categoría de Educación emocional y social, en emoCreativos nos hemos referido con relativa frecuencia a la importancia de comprender las emociones y estado emocionales propios, así como identificar las emociones de los demás.

La empatía, identificada con el «ponernos en los zapatos del otro», implica comprender verdaderamente lo que el otro siente, sin juzgarlo, para así actuar en consecuencia.  Según A. Acosta y J. López Megías, en su «Cuaderno de educación en sentimientos»:

«Los sentimientos nos sirven para comunicarnos con los demás, por eso es importante reconocerlos y expresarlos bien; así conseguiremos solucionar problemas, ayudar a alguien que lo necesita, pedir ayuda si la necesitamos, etc. Por eso es importante que la expresión de los sentimientos sea bien reconocida y bien manifestada pues en caso contrario no podremos reconocerlos en los demás o comunicárselos eficazmente. Cuando no se reconoce el estado interno de un interlocutor es difícil poder “acompañarlo”, solucionar conflictos interpersonales o ayudarle. También, es más difícil conocer y “utilizar” sus “buenos” momentos para conseguir lo que queremos (por ejemplo, estado de ánimo “favorable” del educador o padre para pedirle algo)».

Por ello, la consecuencia de una buena comprensión emocional y del desarrollo de una óptima capacidad empática, es el respeto real a los sentimientos ajenos y la elaboración de una adecuada respuesta por nuestra parte.

Para llegar a comprender al otro e identificar «cómo se siente» podemos emprender dos caminos:

  • La escucha activa, que necesita que la otra persona, directa o indirectamente, exprese verbalmente cómo se está sintiendo.
  • La observación atenta,  la voz, los gestos, la expresión del cuerpo o de la cara  nos facilitan pistas para identificar el estado anímico de la otra persona.

Además, la comprensión emocional es una tarea de «ida y vuelta»: desde nuestras emociones hacia las de los demás, y a la inversa, y por supuesto es una tarea que necesita de mucha práctica. Siguiendo a Acosta y López Megías:

«Expresando bien nuestro estado de ánimo nuestro interlocutor podrá hacer lo mismo. Conociendo el estado de ánimo de una persona podremos actuar en consecuencia y seremos más eficaces en nuestras relaciones interpersonales. No obstante, unas personas son más habilidosas que otras para reconocer los sentimientos de los demás y expresar los propios, pero podemos aprender a mejorar esta habilidad. Para ello es importante darnos cuenta de la expresión del rostro, del tono de voz, de la actitud corporal, etc.»

Proponemos una dinámica: Comprender las emociones del otro que, de un modo muy sencillo, puede ayudar a los niños a reflexionar y empezar a «entrenarse» en la observación del otro y en comprender cómo se siente, siendo éstos los fundamentos sobre los que apoyarse para desarrollar una adecuada educación emocional y social.

Dinámica extraída del documento:«Cuaderno de educación en sentimientos», que forma parte del proyecto dirigido por A. Acosta y J. López Megías, miembros del Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento de la Universidad de Granada, sobre Educación emocional en las aulas de Secundaria.


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Educar el optimismo, la empatía y el altruismo en los niños

La Profesora Kimberly Schonert-Reichl, de la Universidad de Boston-Columbia, nos acerca a los programas de intervención educativos, cuyo objetivo es implementar una educación emocional positiva en el ámbito escolar. Su conferencia gira en torno a cómo ayudar a los niños a desarrollar el optimismo, la compasión, el altruísmo y la empatía.

Os recomiendo seguir la charla en el siguiente enlace:

ALGUNAS IDEAS CLAVE

  • Las competencias emocionales se pueden enseñar: podemos enseñar a los niños a ser optimistas, a ser altruistas (ayudar sin pedir nada a cambio), a ser empáticos (ponerse en lugar del otro: sin juzgarlo) y a ser compasivos (con-moverse con lo que siente y le sucede al otro).
  • Somos buenos por naturaleza, un ejemplo de ello son los niños. Recientes investigaciones avalan esta afirmación, pues se ha demostrado cómo niños de 18 meses ayudan a alguien que no conocen cuando éste lo necesita: el niño es capaz de pensar en lo que necesita el adulto y ofrecerle su ayuda (ver en el video la investigación de Warneken y Tomasello).
  • Los niños son más serviciales cuando se les elogia por su conducta positiva, que cuando por ella reciben un premio.
  • Los tres componentes para un buen aprendizaje socio-emocional en la escuela son:
    1. Reconocimiento Institucional: desde las Instituciones y Gobiernos, la educación socio-emocional debe ser reconocida como uno de los paradigmas educativos en la actualidad.
    2. Desarrollo de programas con una base científica.
    3. Contribución, desde la práctica: programas de intervención educativa, a la investigación teórica sobre educación emocional.
  • La empatía nos mueve a ayudar a los demás, al comprender cómo se sienten, e inhibe un posible comportamiento agresivo. (Ver en el video la explicación sobre el interesantísimo programa: «las raices de la empatía», desarrollado por la profesora Schonert-Reichl, y los resultados obtenidos en los niños, en relación al aumento de sus competencias prosociales).
  • La actitud positiva: el optimismo, nos ofrece un aumento en nuestra calidad de vida, nos permite vivir más, más sanos y más felices. Y esta idea, que parece una obviedad, ha sido demostrada científicamente, al igual que el optimismo decrece a medida que crecemos.
  • Uno de los secretos para vivir momentos felices es ser más altruista. Los actos de bondad y ayuda a los demás nos proporcionan una mejora de nuestro grado de felicidad: Altruismo = Felicidad. (Ver el programa «Mind Up»: los diarios de agradecimiento).
  • La conducta altruista es capaz de transmitirse y contagiarse y permite mejorar nuestro entorno más próximo.