La Profesora Kimberly Schonert-Reichl, de la Universidad de Boston-Columbia, nos acerca a los programas de intervención educativos, cuyo objetivo es implementar una educación emocional positiva en el ámbito escolar. Su conferencia gira en torno a cómo ayudar a los niños a desarrollar el optimismo, la compasión, el altruísmo y la empatía.
Os recomiendo seguir la charla en el siguiente enlace:
ALGUNAS IDEAS CLAVE
- Las competencias emocionales se pueden enseñar: podemos enseñar a los niños a ser optimistas, a ser altruistas (ayudar sin pedir nada a cambio), a ser empáticos (ponerse en lugar del otro: sin juzgarlo) y a ser compasivos (con-moverse con lo que siente y le sucede al otro).
- Somos buenos por naturaleza, un ejemplo de ello son los niños. Recientes investigaciones avalan esta afirmación, pues se ha demostrado cómo niños de 18 meses ayudan a alguien que no conocen cuando éste lo necesita: el niño es capaz de pensar en lo que necesita el adulto y ofrecerle su ayuda (ver en el video la investigación de Warneken y Tomasello).
- Los niños son más serviciales cuando se les elogia por su conducta positiva, que cuando por ella reciben un premio.
- Los tres componentes para un buen aprendizaje socio-emocional en la escuela son:
- Reconocimiento Institucional: desde las Instituciones y Gobiernos, la educación socio-emocional debe ser reconocida como uno de los paradigmas educativos en la actualidad.
- Desarrollo de programas con una base científica.
- Contribución, desde la práctica: programas de intervención educativa, a la investigación teórica sobre educación emocional.
- La empatía nos mueve a ayudar a los demás, al comprender cómo se sienten, e inhibe un posible comportamiento agresivo. (Ver en el video la explicación sobre el interesantísimo programa: «las raices de la empatía», desarrollado por la profesora Schonert-Reichl, y los resultados obtenidos en los niños, en relación al aumento de sus competencias prosociales).
- La actitud positiva: el optimismo, nos ofrece un aumento en nuestra calidad de vida, nos permite vivir más, más sanos y más felices. Y esta idea, que parece una obviedad, ha sido demostrada científicamente, al igual que el optimismo decrece a medida que crecemos.
- Uno de los secretos para vivir momentos felices es ser más altruista. Los actos de bondad y ayuda a los demás nos proporcionan una mejora de nuestro grado de felicidad: Altruismo = Felicidad. (Ver el programa «Mind Up»: los diarios de agradecimiento).
- La conducta altruista es capaz de transmitirse y contagiarse y permite mejorar nuestro entorno más próximo.