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Seguimos con la ventana de Johari: cómo conocer nuestro «dos»

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En una entrada anterior, publicada el 11 de Mayo de 2012, nos acercábamos a: «La ventana de Johari» . LLegamos a la conclusión de que en el «dos»  reside nuestra felicidad y si es así….¿cómo podemos conocer nuestro dos ?

Siguiendo a Fernando Muguruza: «El mundo de los sentimientos se conoce a base de bucearlo y compartirlo. Son dos caminos que yo suelo explicar gráficamente llamándolos «el ocho» y el «infinito»: bucear y compartir. Son necesarios los dos . Son complementarios»

BUCEAR o «EL OCHO»

El ocho significa, simplemente, dejar hablar a nuestros sentimientos: reflexión, revisión, exámen de conciencia… Pero, al ponerlo en práctica, nos damos cuenta de lo difícil que es ese «simplemente dejar hablar», pues establecer el diálogo entre «nuestro uno» y «nuestro dos» necesita un cierto entrenamiento y aprendizaje.

Porque «el dos» es tímido, no le resulta fácil hablar, tiene que crecer en él la confianza. Para ello, como dice en su libro Muguruza, es importante cumplir dos condiciones:

NO REÑIRSE: Si nuestro dos nos está transmitiendo aquello que sentimos (sea correcto o no, sea o no conveniente…), el uno, que es lógico y educado, tiene la tendencia a reñirle. Reñir que significa culpabilizarse, tener remordimientos… y que nos hace sentir vergüenza por aquello que sentimos….De este modo, y después de «la riña», al dos le costará mucho volver a abrirse.

Si riñendo no logramos cambiar aquello que no nos gusta….¿qué sería de nosotros si no nos riñéramos? Pues que cambiaríamos. Es éste un feliz camino para evitar la culpa: contarnos y saborear con atención plena cómo nos sentimos para tomar otro sentido en la dirección del cambio.

NO CONTARLO: nuestro dos es muy celoso de su intimidad. Si cuando nos cuenta algo, el uno rápidamente «va y lo cuenta», retrocederemos unos pasos en la anhelada conexión entre lo que sentimos y lo que pensamos. Y es que debemos reflexionar acerca de cómo contar y con quién compartir, aquello que supone nuestro YO más profundo: nuestras emociones y sentimientos…esto es lo que logramos con «el infinito».

COMPARTIR o «EL INFINITO»

Se trata de comunicarnos desde «nuestro dos» con el «dos de la otra persona»: la comunicación profunda, en confianza, llena de silencios, emoción y afectos. (Seguro que alguna vez lo hemos tenido la suerte de experimentarlo).

A menudo cuando hablamos de sentimientos, hablamos desde «el uno»: identificamos, analizamos…pero para dialogar «de nuestro dos desde el dos» y elegir con quién compartirlo es difícil y debemos andar con cautela. El tono, el silencio atento…nos pueden dar pistas acerca del nivel de receptividad del otro.

Por otra parte, debemos también estar alerta de la SINCERIDAD. Ésta no es la reina de la comunicación: nuestro referente, al hablar con los demás, no puede ser «es  que yo soy muy sincero», sino que debemos pensar en nuestro bien y en el bien del otro: que lo que contemos no nos haga daño a nosotros ni al otro. Muguruza se refiere a ello como el filtro o la «traducción simultánea».

Para ir acabando, querría relacionar estas ideas, que aunque hoy tienen vigencia  se vienen utilizando en dinámicas y terapia psicológica desde hace más de veinte años, con algunos de los principios de la denominada psicología positiva, una nueva concepción de la psicología que, en lugar de centrarse en los aspectos negativos o patológicos de la persona para corregirlos, centra su fuerza en el desarrollo de los aspectos positivos: las fortalezas y virtudes. Procesos de la psicología positiva como son «la atención plena» o el «fluir», están estrechamente vinculados con los conceptos y procesos que hemos intentado explicar en esta entrada. Por ello, continuaremos profundizando sobre la psicología positiva en próximas entradas.

Autor: Isabel Eraso Sáiz

_Arquitecta urbanista_Máster en Educación Secundaria_Investigadora en Desarrollo Creativo y Educación Emocional.

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