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¿Cómo orientar a los niños hacia un APRENDIZAJE CREATIVO Y FELIZ?


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8 estrategias para construir el optimismo

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Para volver de una larga ausencia, nada mejor que comenzar apelando al optimismo; optimismo que es fuerza motriz para hacer crecer la creatividad y para emprender acciones que nos permitan «cambiar las cosas».

Refiriéndose al optimismo, Dolors Reig afirma en una reciente entrada de su blog: El Caparazón:

«Diversos artículos y estudios refuerzan la necesidad de considerar este optimismo y la esperanza que le acompaña, como competencias fundamentales, de imprescindible inclusión en los sistemas educativos que andamos reinventando. El tema va mucho más allá del consejo, de la buena voluntad, resultando respaldado por 20 años de investigación desde la psicología positiva. Ésta nos demuestra que estamos hablando, más allá de un rasgo de personalidad, de una habilidad que se puede enseñar y aprender. Nuestras creencias y objetivos para el futuro son elementos básicos de nuestro bienestar y el de los que nos rodean, correlacionando con el aprendizaje, los logros, la construcción de relaciones más positivas, la salud y la satisfacción general con la vida».

A continuación os proponemos la entrada completa que analiza 8 rasgos del optimismo,  así como qué podríamos hacer en educación para conseguir potenciarlo: fomentar una visión positiva del futuro, pensar que podemos, desarrollar aquello que nos hace únicos, confiar en los demás para poder cooperar, mirar-nos con optimismo, creer en la propia habilidad para resolver problemas, mantener la perspectiva y potenciar las ganas de aprender.

Interesante, no? Pues acercaros a leerlo:  El optimismo como competencia esencial para el ciudadano del Siglo XXI (8 estrategias para formarlo).

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… verano …

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Desde hace unos días, los niños han empezado sus esperadas vacacioooooooones !!!!! y también en emoCreativos vamos a tomarnos unos días de descanso.

Seguro que todos estaréis deseando cambiar el ritmo y poder, por fin, tener tiempo… … tiempo para poder estar con nuestros hijostiempo para descansar y «no hacer nada», para jugar, leer, nadar, comer, salir… tiempo para desconectarnos de muchas cosas que nos atan y para poder recuperar otras tantas que, durante el curso, vamos olvidando.

Por eso pensamos que una buena manera de despedirnos por unos días es compartiendo un artículo de Heike Freire, una de las  grandes impulsoras de «educar en verde«. Porque, como apunta Freire:

«Los niños españoles pasan, de media, 990 horas anuales frente a una pantalla y 960 en la escuela. Esto significa unas 1950 horas, sentados en espacios cerrados, en actitud pasiva y en un mundo abstracto y virtual; casi la mitad del tiempo disponible (unas 5000 horas) si restamos el que dedican a dormir (más o menos 3640). Si además añadimos el, difícilmente calculable, destinado a las comidas diarias, los desplazamiento en automóvil, las extraescolares, las visitas al centro comercial o al pediatra… Nos preguntamos: 
¿De cuánto tiempo disponen para correr, saltar y jugar al aire libre? ¿Para mojarse con el agua y «mancharse» con el barro? ¿Encontrarse libremente con sus iguales?  ¿»Hacer el tonto»? ¿Equivocarse y reirse de sus errores? ¿Aburrirse y «no hacer nada»? ¿Jugar con un sencillo «palo» o una piedra? ¿Subirse a un árbol y hacer colonia con pétalos de rosa? ¿Disfrutar creando su propio mundo, sin la intervención de los adultos?
¿Cuántas oportunidades tienen de vivir y sentir  como lo que realmente son, como niños?»
 
Os invitamos a leer: ARBOLES O PORTÁTILES, publicado en Aula de Innovación Educativa, nº 197, Barcelona 2011.

¡¡¡ FELIZ VERANO !!!


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Respetar el mundo imaginario del niño

«Cuando era formador de maestros, un alumno dedicó su tiempo a tratar de hacerse una idea de cómo los alumnos van representando el mundo según su edad. Para lo que nos interesa aquí, algunas de las respuestas que recibió por parte de alumnos de primaria son muy reveladoras respecto a muchos fenómenos naturales y a condiciones sociales:

A Manuela se le preguntó por qué existe la media luna y la luna llena, y ella contestó: “Tal vez debido al tiempo. Cuando hay buen tiempo, entonces hay luna llena; cuando no, entonces hay media luna.” Esto es la lógica infantil pues lo bello, lo bueno es la expresión de lo completo y lo feo, lo malo se asocia con lo incompleto. La luna no es desconocida y lejana, es como una pelota de juego y su tamaño se deja fácilmente determinar con las manos. El sol, como es más brillante, es evidentemente un poco más grande.

La respuesta a la pregunta por qué el cielo es azul, se entiende causalmente: lo que interesa al adulto son las razones de su colorido. Al niño no le interesa nada de eso y cabila sobre el sentido y el propósito de este fenómeno: “Así es muy bonito, pues si la hierba es verde, el cielo no debería de ser también verde, es mucho más bonito si es azul”. La respuesta de Sibylla a la misma pregunta no deja de ser menos interesante: “Debido al agua, pues el agua viene del cielo.” 

Si nosotros, los adultos, pensamos que al hacerle la pregunta: ¿por qué llueve?, un niño nos dará una respuesta causal, estamos muy equivocados, pues los niños piensan naturalmente en términos de finalidad: “así pueden crecer las cosas, si no lloviera, las cosas no podrían crecer y nos moriríamos de hambre”. 

Cuando el adulto le preguntó a la niña lo qué es lo que más le gustaba de la maestra, él presuponía que Sybilla era capaz de citar ciertos rasgos o características de su maestra, en tanto ser humano, y de compararlos entre sí. La respuesta de la niña fue encantadora desde todos los puntos de vista. Lo que más le gustaba era que su maestra “simplemente regresa todas las mañanas y que uno la puede volver a ver.” Generalmente, un niño de siete años tampoco es capaz de dividir “su entorno” en fenómenos parciales buenos y menos buenos. Por eso, a la pregunta sobre lo que más le gustaba en su entorno, Sibylla contestó con una sencillez casi bíblica: “pues ver a mi hermano, a mi madre y a mi padre.”

Debo subrayar que estas respuestas infantiles no son para nada insignificantes o tontas, sino que más bien se basan en otras maneras de percibir el mundo. Y uno no puede automáticamente descartarlas como siendo inferiores a un punto de vista científico. Cuando el estudiante para maestro le preguntó a Sibylla de que tamaño pensaba que era el sol, ella le respondió con una pregunta que hubiese hecho reflexionar a cualquier físico: “¿Con todo y los rayos? ¡Pues con todo y los rayos, es bastante grande! Sin los rayos, es tan grande como la luna.”

Las respuestas de los niños que he citado generan a veces sorpresa y ternura. Uno las escucha con placer, pues en ellas se desvelan trocitos de sabiduría infantil. En realidad, cuando se es maestro, uno puede deleitarse con ello a diario. Siempre y cuando uno preste atención a cómo nuestros alumnos se representan ciertas cosas, antes de proceder a instruirlos. Además, si ellos perciben que los escuchamos atentamente, estarán más propensos a escucharnos también».

Arthur Brühlmeier

 

(*) Puedes descargar aquí el libro completo: Cabeza, Corazón y ManoEducando en el espíritu de Pestalozzi

 


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Ken Robinson… miles de semillas de posibilidad esperando

… reflexionando sobre nuestra educación …

Una vez más nos encontramos con Ken Robinson para plantearnos diagnósticos y soluciones, para inspirarnos hacia el cambio posible, para mostrarnos cómo esa que es hoy la educación alternativa podría erigirse como una manera más humana de enseñar y aprender. Son sus palabras las que merecen ser escuchadas, con esa combinación perfecta entre ironía y claridad, así que nosotros únicamente queremos destacar esas tres claves que Robinson nos propone para poder caminar hacia un verdadero aprendizaje: la diversidad_todos somos diferentes, quien tiene hijos lo experimenta todos los días, y como personas diversas el aprendizaje debe conectar con nuestra manera de ser única; la curiosidad_éste es el secreto para encender la llama del aprendizaje y despertar esas «ganas de aprender» que todo niño tiene latente en su interior: porque ellos son aprendices naturales;y la creatividad: la vida humana es inherentemente creativa, ésta es la razón por la que somos capaces de «crear» nuestra vida y recrearla a medida que vivimos.

… esperamos que disfrutéis de la charla tanto como nosotros !!!


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Francesco Tonucci o cómo recuperar el mundo del niño: tiempo libre, «no-estar», pocos juguetes y muchos amigos…

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Os traemos a emoCreativos la entrevista que el A.M.P.A. de la Escola dels Encants de Barcelona realizó, en octubre de 2012, al psicopedagogo e ilustrador italiano Francesco Tonucci. 

Se trata de una extensa charla sobre educación que, desde un profundo y sólido conocimiento de lo que es y necesita un niño, nos aproxima a un enfoque más natural y más humano de lo que significa «educar» en el ámbito familiar, en la escuela y en la ciudad. Una tarea: «educar» que necesariamente debe permitir al niño recuperar su libertad, que debe facilitar la reconquista de su tiempo libre y promover el juego «no dirigido» con los amigos en el espacio urbano y natural.