Podría parecer contradictorio elogiar el aburrimiento como valor educativo, sin embargo en estos tiempos de inmediatez, es más necesario que nunca incluir «tiempos de paz» en la vida de los niños.
«Los niños necesitan estímulo, presión, competición, estructura. Pero sólo de vez en cuando, no siempre. También necesitan espacio para explorar el mundo a su manera, a su ritmo, para crear, inventar, incluso para aburrirse. Hoy nos aterroriza el aburrimiento. Vivimos en una “cultura del hacer” que no contempla la posibilidad de ir despacio, de parar, incluso de no hacer nada. Estamos continuamente ocupados, corriendo en pleno ruido electrónico. Nadie disfruta de unos momentos de silencio. Esto crea una presión artificial, innecesaria. Se necesita tiempo para mirar hacia dentro, a tus propios recursos, para atravesar el aburrimiento y crear. También los adultos necesitamos relajarnos, repensar nuestra relación con el tiempo. Cuando reducimos la velocidad, somos capaces de sentir con mayor claridad. Y si sientes más, piensas y te angustias menos». Carl Honoré
Os conectamos también con un artículo que publica Dolors Reig en su famoso blog El Caparazón: «El aburrimiento estimula la creatividad» que, entre otras cosas, nos acerca a los estudios de Belton, investigadora de la Universidad de Educación y Aprendizaje Permanente de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido:
«A los niños se les debe permitir que se aburran para que puedan desarrollar su capacidad innata de ser creativos. […] Las expectativas culturales de que los niños deben estar siempre activos podrían obstaculizar el desarrollo de su imaginación. […] La explicación de Belton resulta diáfana: la sociedad ha “desarrollado la expectativa de estar constantemente ocupado y estimulado” pero ser creativo “implica ser capaz por nosotros mismos de desarrollar un estímulo interno, sin necesidad de nada más».
10 de mayo de 2013 en 8:10
Excelente punto de vista, un niño que se aburre tiene capacidades para encontrar un nuevo estímulo para desarrollar su creatividad, creo que es nuestro objetivo crearles un espacio de paz para que encuentren su propio estímulo interno, nunca mejor explicado ,,, gracias Isabel, muy claro como siempre.
14 de mayo de 2013 en 20:55
Desde luego creo que la creatividad y el espacio «no dirigido», o «espacio de paz» como dice ayriart, es necesario que vayan de la mano; es importantísimo estimular al niño y ofrecerle muchas oportunidades para el aprendizaje, pero debemos respetar «su tiempo» y esos momentos en que, por iniciativa propia, decide, elige, inventa…
15 de mayo de 2013 en 6:21
Excelente Isabel, es la mejor manera que el niño disfrute lo que eligió para entretenerse, cuando lo decida y tenga deseos de hacerlo, seguramente nos asombrará cuanto de creatividad nos puede mostrar… lo he experimentado personalmente y me ha hecho mucha ilusión.. Besos..
14 de mayo de 2013 en 20:26
Si cada vez que un niño dice «me aburro» le sugerimos que nos haga algo. un dibujo,una canción, o una sorpresa, seguramente su creatividad comienza a aflorar.
¡ Adelante !…
14 de mayo de 2013 en 20:56
y si le animamos a que él mismo decida y piense qué quiere hacer favorecemos, además de su capacidad inventiva, su autonomía.
8 de junio de 2013 en 20:15
Hola! me ha encantado este post, ya que actualmente puedo afirmar por experiencia propia que en la escuela actual poco tiempo se está dejando a los peques para «aburrirse». Es un cúmulo de actividades seguidas sin un momento para relajar, pensar, crear, jugar «eligiendo» …Felicitaciones por los posts, y aprovecho para invitarte a compartir también emociones en http://silvina-porelcaminodelasemociones.blogspot.com.es/
beset
silvina