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¿Cómo orientar a los niños hacia un APRENDIZAJE CREATIVO Y FELIZ?

Las emociones y su influencia en el aprendizaje

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Recientemente ha sido publicado el interesantísimo Informe Faros 2012¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la infancia y adolescencia. En el capítulo 1: ¿Qué son las emociones?,  Francisco Mora se aproxima al concepto: emoción; según Mora y Sanguinetti (2004), emoción se define como «una reacción conductual y subjetiva producida por una información proveniente del mundo externo o interno ( memoria) del individuo». De esta definición podemos extraer algunas conclusiones que nos guían en nuestro acercamiento a la educación emocional:

  • Las emociones son producidas por estímulos, exteriores o interiores: son nuestra respuesta ante una información que recibimos o que recordamos. Y las personas, a diferencia de los animales, somos «conscientes» de este proceso (o deberíamos serlo); somos conscientes de nuestro sentimiento de «miedo» ante determinadas situaciones que juzgamos peligrosas, pero sin embargo nos es más difícil identificar qué sentimos en otros momentos: ¿ miedo, vergüenza, indefensión…?, ¿por qué a veces no nos sentimos capaces de dar una respuesta satisfactoria, nos sentimos como «paralizados»?… De ahí la importancia de empezar a identificar, primero nosotros para así poder ayudar a nuestros hijos, qué sentimos y por qué nos sentimos así.
  • Las emociones orientan nuestra conducta: son nuestro motor, en palabras de F.Mora: «nos mueven y nos empujan a vivir». Es por ello que es tan importante ser conscientes de lo que «nos pasa» emocionalmente, pues las emociones guían la mayoría de nuestros planes y decisiones. Las emociones son por tanto «guías cognitivas»; esto se traduce, por ejemplo, en que si queremos mejorar la adquisición de conocimientos y, por tanto, mejorar nuestro aprendizaje, podemos trabajar sobre nuestras competencias emocionales. Enseñando al niño a identificar y controlar adecuadamente algunas de sus emociones, podemos enseñarle a aprender mejor, a centrar su atención, a motivarle para el aprendizaje…Las emociones actúan como base de nuestro razonamiento.
  • Las emociones son propias y subjetivas: diferentes en cada uno de nosotros. Gracias a esta diversidad, compartir lo que sentimos nosotros con lo que sienten los demás, no sólo nos conecta con los otros, sino que nos ayuda a comprender nuestras emociones, y a su vez, «ponernos en la piel» de los demás, nos ayuda a empatizar.

Por último, profundizando en la idea de que «en las emociones se basan muchos de nuestros procesos intelectuales», querría subrayar otra de las claves que Mora señala en su artículo, y es la curiosidad: «La curiosidad es el mecanismo emocional que abre las ventanas de la atención por las que entra la información capaz de producir aprendizaje, memoria y conocimiento». Por tanto, proporcionar al niño oportunidades para desarrollar su curiosidad es una de las mayores garantías para motivarle a aprender (ayudar a que se motive intrínsecamente, es decir, motivarle a aprender «por el deseo de aprender», no condicionado a premios o castigos). Por el contrario, el «apagón emocional», que consiste en la disminución de la energía para sentir curiosidad, provoca en el niño no sólo una disminución en la motivación por aprender sino que disminuye la eficacia de su aprendizaje.  

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Autor: Isabel Eraso Sáiz

_Arquitecta urbanista_Máster en Educación Secundaria_Investigadora en Desarrollo Creativo y Educación Emocional.

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