Uno de los descubrimientos más impresionantes de los últimos años, en el ámbito de la neurociencia, es la plasticidad cerebral o cómo las neuronas tienen la capacidad de crear nuevas conexiones y moldear nuestro cerebro a lo largo de toda nuestra vida. Contraponiéndose al enfoque tradicional de que nuestro cerebro «crece-aprende-se transforma» hasta una determinada edad, diferentes investigaciones han demostrado que nuestro aprendizaje es continuo, que las nuevas experiencias que vivimos y los nuevos conocimientos que adquirimos transforman físicamente nuestro cerebro (se ha tenido constancia, con nuevos procedimientos de detección cerebral, que las personas ancianas siguen desarrollando nuevas conexiones cerebrales: su cerebro se sigue transformando).
Descubrir que tenemos un cerebro plástico y moldeable ¿por qué es tan importante para nuestro aprendizaje?
Fundamentalmente porque nos aleja del determinismo: hoy sabemos que está en nosotros, en nuestras actitudes y comportamientos y en el diseño libre y comprometido de nuestro aprendizaje, ser y dar lo mejor , convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos; porque aprender a aprender eficazmente es clave hoy, cuando el aprendizaje va a necesitar desarrollarse durante toda nuestra vida; porque nuestra personalidad puede ser moldeada por nosotros, a partir de nuestras capacidades y rasgos propios pero sin resignarnos a un carácter que hemos heredado (y que puede que no nos haga felices).
Richard J. Davison (profesor de Psicología y Psiquiatría, director del Laboratorio Waisman de Imagen cerebral y Conducta, y responsable del Laboratorio de Neurociencia Afectiva y del Centro para la Investigación de Mentes saludables de la Universidad de Wisconsin) nos explica cómo la plasticidad del cerebro transforma y adapta este órgano para responder a la experiencia, subraya que la experiencia es vital como factor moldeador del cerebro. Además, expone otra idea que nos parece muy interesante: el Aprendizaje Emocional y Social tiene la capacidad de modificar nuestro cerebro. Ello se traduce en que las intervenciones en nuestra conducta generan modificaciones en los circuitos neuronales, provocan alteraciones en la estructura y en las funciones de nuestro cerebro.
Podemos afirmar pues que el Aprendizaje Emocional y Social resulta una excelente estrategia para la regulación emocional que moldea positivamente el cerebro y genera cambios a nivel neuronal, y por tanto, nuestro aprendizaje emocional, la conciencia emocional, la gestión de nuestras emociones y el desarrollo del auto-control, son factores clave para mejorar nuestro aprendizaje cognitivo.
Este vídeo corresponde a la conferencia que tuvo lugar el 10 de diciembre de 2007, en la celebración del Foro CASEL en Nueva York, que reunió a 75 líderes del área educativa con el fin de sensibilizar sobre la importancia del Aprendizaje Emocional y Social (Social and Emotional Learning: SEL) y divulgar hallazgos científicos relevantes, con el objetivo de generar un movimiento para la implantación del SEL en Estados Unidos.