Los niños están continuamente expuestos a los mensajes que les transmiten los MMC. Nuestra tarea, en casa y desde las aulas, es enseñarles a “saber mirar» y «saber comprender” los mensajes que les transmiten estos medios. Nuestro objetivo es que los niños puedan «apropiarse» del contenido y puedan analizar el proceso completo de comunicación, podemos intentar transformar a los «niños-espectadores-pasivos» en niños participativos, críticos y creativos.
PREPARARNOS PARA UN CAMBIO DE MENTALIDAD
Hoy constatamos la desorientación de los agentes del proceso educativo: padres y profesores, cuando se enfrentan al uso de las nuevas tecnologías en casa y en el aula. Por ello, todos necesitamos una profunda reflexión, una adecuada formación y una correcta planificación acerca de cómo guiar a los niños en su interacción con los medios de comunicación. Ésta es, además, una de las cuestiones que protagoniza el debate sobre «los retos de la nueva Revolución Educativa”: la Escuela debe implicarse y participar en el cambio tecnológico y debe servirse de las nuevas tecnologías para conseguir motivar al alumno y conseguir que desarrolle las habilidades necesarias para responder a una sociedad cambiante y que demanda nuevas capacidades y otra actitud.
VALORES EN EL APRENDIZAJE
La televisión, Internet y las redes sociales, tienen en común el “contagio” de comportamientos, hábitos, actitudes, roles… (aunque, como explica James Fowler en sus investigaciones sobre redes sociales, sólo la red permite la “conexión» y el intercambio de respuestas, de manera que en este caso influye tanto la estructura de la red como la interacción con los otros).
¿Cuáles son los valores que nos ofrecen los MMC para mejorar el proceso de aprendizaje de los niños?
LA ELABORACIÓN DE «MENSAJES PROPIOS».
¿Qué hacer ante la actitud aparentemente pasiva del niño-espectador?
Una primera respuesta podría ser: mediante el análisis conjunto de los mensajes recibidos, podemos motivar al niño a crear mensajes propios desarrollando su actitud crítica, pues sólo aprendiendo a reflexionar sobre los propósitos visibles e invisibles de la comunicación mediática, podemos reinterpretar el mensaje (juzgar) para luego poder crear.
Pero, además de interpretar el mensaje que se recibe y formar una postura crítica, podemos motivar al niño a elaborar una respuesta propia: crear algo nuevo. Y a ello nos referimos cuando proponemos actividades que fomenten el “ponernos del otro lado”: a través del juego, se pueden realizar tareas de comunicador, creador, periodista…aprendiendo así a elaborar nuevos contenidos:que los niños lleguen a foramrse como “audiencia alfabetizada”.
ENSEÑAR A MIRAR
Los niños no ven de la misma manera que nosotros, los adultos. Los mensajes e imágenes que les llegan no son percibidas ni interpretadas del mismo modo. Por ello proponemos trabajar, mediante un entrenamiento eficaz, en dos procesos:
-
La imagen como valor: se trata de apreciar y valorar el poder comunicativo intrínseco de las imágenes, familiarizarles consu belleza. A partir de aquí, los adultos podemos analizar sobre “lo que los niños ven, cómo lo ven y qué les transmite” para poder confrontar ambas percepciones y profundizar en el lenguaje visual.
-
La imagen que comunica: traspasando el impacto visual, habría que trabajar para ver qué se nos quiere decir, hacia dónde se nos quieren llevar o cómo nos quieren incitar o influir.
ENSEÑAR A DISCRIMINAR LA INFORMACIÓN
Subrayando la labor orientadora de los educadores, es urgente ayudar a los niños a DISTINGUIR, SELECCIONAR Y VALORAR LA INFORMACIÓN. Esta es nuestra tarea como facilitadores del aprendizaje: ayudar a nuestros hijos y alumnos a evitar la dispersión y la desorientación de la Sociodad de la Inofrmación; las nuevas tecnologías tienden a formar una «mente zapping«, que recibe múltiples estímulos pero que no profundiza en el contenido.
Superando una formación basada exclusivamente en la adquisición de contenidos, debemos reflexionar, en el conjunto de la comunidad educativa, sobre esta revolución tecnológica que nos conduce a una realidad donde el «fluir de contenidos e información» es un hecho. Y por ello, nuestra misión como educadores debe enfocar hacia una nueva interrelación entre compañeros y hacia el desarrollo de una verdadera actitud cooperativa, y para ello debemos iniciar sin demora, una adecuada educación emocional y social.